La novia perfecta existe, ¡eres tú!
Cuando alguien entra en mi taller y confía en mí para el día más importante de su vida, inmediatamente intento ponerme es su lugar. Conocer sus gustos, aficiones, intereses, inquietudes, estilo y personalidad es primordial para intentar captar la idea que tiene en su cabeza. Incluso cuando la persona es totalmente ajena a mi forma de ver la moda, priman sus gustos y sobre todo su forma de concebir ese día.
Cuando conocí a Esther, tenía claro que quería ir de corto pero sin llamar la atención, se trataba de una boda civil en el ayuntamiento. En ese mismo momento ideé el estilismo de su boda. Una imagen sencilla, tranquila y elegante, donde primase la calidad del tejido y realzase su figura, la dulzura del rostro y personalidad.
Para mi, la novia perfecta es la que así se sienta, ¿quiénes somos para decir lo contrario? Cada mujer es completamente distinta a las demás y, hablar del vestido perfecto, no tiene sentido si no ponemos rostro y cuerpo a la mujer que lo va a llevar.
Pero, sí hay que tener unos factores en cuenta a la hora de elegir el nuestro. No porque sean reglas que hay que seguir a raja,tabla sino porque son de sentido común y buen gusto y es lo que hace que todo encaje y se fusione de una forma natural y bella.
Saber dónde será la boda; Elegir teniendo en cuenta el estilo de cada una; Ha de ser cómodo; Tener en cuenta nuestra figura; Mente abierta; Cuando lo encuentres lo sabrás; Y algo muy importante, ¡no pasa nada si no lloras cuando te decidas!
Lo que en las demás es bonito, en una misma puede que no encaje. Cada novia es única y particular.
Para el día más especial de Esther, confíe plenamente en el Taller de Arancha; una profesional con años de experiencia que entendió a la perfección la idea que habíamos concebido y que plasmó en el resultado final. Elegimos una falda de tul inglés en seda con cuerpo y chaqueta hechas a mano en polvo de perla.
Intenté mezclar la delicadeza del traje con unos zapatos de tacón cuadrado con purpurina y corazón azul que le diese a la imagen un aire más sofisticado. El peinado y ramo encajaban a la perfección con la elegancia del diseño.
Recuerda que ese día el vestido habla por ti. Dice quién eres y cómo te sientes. Esto es exactamente lo que has de buscar cuando te decidas por el vestido perfecto.
Peluquería; Virginia Armendariz
Maquillaje; Laura Regulez
Gracias a Esther y Bea, Arancha y Loves and Stories por cederme estas maravillosas fotos tan amablemente.
Feliz día,,
Artículos relacionados
Una primavera de blanco
Un “sí”al color blanco en invierno
¿Elegancia atemporal? encaje de verano